sábado, 13 de noviembre de 2010

¡Bien venido, Mr. Berlanga!

A Luis García Berlanga yo lo conocí personalmente. Aparte de que conozco toda su obra, también soy amigo de un familiar muy allegado y cercano que me contaba cosas de él y entre ellas que aun cuando en sus películas se mostraban cosas de dudoso gusto, era una persona exquisita y muy buena.
Y su cine nos lo demuestra. Con un sentido del humor muy mediterráneo, donde lo “verde” se unía a veces hasta lo “escatológico”, sus personajes, llenos defectos y “pecados” eran pobres diablos rematadamente buenos. Eran pícaros que si hacían trampas, era porque no tenían más remedio, casi por subsistencia  o porque el sistema los tenía cautivos y eran llevados a rastras a los lugares que precisamente ellos no querían llegar. De un ácrata caótico su pensamiento era muy certero: el don más garnde del hombre era su libertad.
Desenmascaró con la mayor gracia del mundo y la ironía más acerada a los políticos y a los capitalistas y a los eclesiásticos, criticó a instituciones hipócritas de la Iglesia y no dejó títere con cabeza: pero siempre como se dice evidenciando el pecado pero defendiendo al pecador.
Se reía de todo y de tod@s, pero lo hacía con el mayor cariño y la comprensión del mundo. Sus películas más tiernas –Calabuig, Bienvenido Mr. Marshal- parecen narradas por la voz de Dios. Yo pienso que así es como Dios nos debe ver: con la sonrisa entre los labios viendo lo “calamidades” que somos… Espero que, cuando llegue al cielo, Dios le diga al director de cine valenciano: ¡Bien venido Mr Berlanga!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario