jueves, 30 de diciembre de 2010

Errante soy y peregrino (y 7: final).


Está claro que un viaje pervive en la memoria mucho más que el tiempo que en él has empleado. Del que hice en octubre a Jordania y Palestina, constantemente recuerdo muchas cosas. Ahora quiero dar mi última entrega, recordando cosas insólitas a través de algunas fotografías instantáneas. Oficios de la gente sencilla, mendigos que recuerdan a la biblia, vidas tan parecidas a las nuestras y a la vez tan lejanas, rostros llenos de historias…
El vendedor de especias

Los bravos  habitantes del desierto, convertidos en mercachifles para turistas

                                                   La vergüenza del muro de Jerusalen

...que separa a pobres de ricos

La niña en Petra, una nueva "vendedora de cerillas" de Andersen

Los franciscanos, héroes anónimos de la Paz en Palestina. Observense las manos del fraile y el jeque armado.

                                     Una escena callejera cotidiana en el centro moderno de Jesusalen

En el muro de la Lamentaciones. Todos dicen: I love you, Yahvé

Un atardecer desde el Monte Tabor


...Y sobre todo el recuerdo de la pobreza, de la marginación, de la desesperanza,  de la necesidad en la que vive tanta gente. Ir a Palestina es tomar partido.

1 comentario:

  1. Fascinante viaje Jose Luis.... que tengo la esperanza de poder hacer alguna vez...

    ResponderEliminar