viernes, 18 de febrero de 2011

El discurso del sábado

El sábado que viene día 19 y en el Ateneo Marítimo, al lado del puerto, tendré que pronunciar un discurso como mantenedor de la proclamación de la Clavariesa Mayor Rosa Pérez Alemany, una mujer entusiasta y laboriosa en la fiesta del Altar de San Vicente de la Playa. La aprecio como amiga desde hace muchos años.

Este evento me ha hecho tener que repasar muchos aspectos de la vida de San Vicente Ferrer que aunque leídos ya hace muchos años, ahora me los han refrescado las consultas de libros que he hecho. A pesar de la aureola milagrera que al santo se le ha colocado (sin duda fue un verdero personaje de su epoca: admirado, atractivo, lider nato) sobre todo destaca por dos cosas: un hombre enmarañado y comprometido en las cosas de su tiempo y tambien, algo que esta muy de actualidad: un hombre verdaderamente europeo.

Pienso hacer mi discurso mesurado en tiempo y palabra, llano, y sobre todo, lleno de cariño hacia mi amiga Rosa. Y quiero que verse especialmente, sobre  la fuerza invisible que movía a san Vicente: Dios. Ese Dios que impele, arrasa, da corage y compromete pero tambien acaricia, abraza y acuna. 

Me gusta hacer esto porque algunos piensan que un servidor sólo entiende de misas y cine.

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