domingo, 13 de febrero de 2011

El hombre que decia sí a la vida

Buscando exégesis, ideas y reflexiones y sobre el evangelio de hoy domingo, en donde Jesús se proclama como algo nuevo y distinto en medio de las religiones de las prohibiciones y de los “noes”, de tantos cristianos/as que viven la fe como una coraza que les impide los movimientos más humanos y naturales de la vida, he encontrado este texto-poema que creo que, como a mí, me ha gustado os agradará a vosotros. ¡Jesús de Nazaret ama la vida, no la tristeza, ni la mortificación, él es el hombre del sí! Los cristianos no somos aguafiestas…

“Claro que no somos una pompa fúnebre,
a pesar de todas las lágrimas tragadas
estamos con la alegría de construir lo nuevo
y gozamos del día, de la noche y hasta del cansancio
y recogemos risa en el viento alto.

Usamos el derecho a la alegría,
a encontrar el amor en la tierra lejana
y sentirnos dichosos por haber hallado compañero
y compartir el pan, el dolor y la cama.

Aunque nacimos para ser felices
nos vemos rodeados de tristeza y vainas,
de muertes y escondites forzados.

Huyendo como prófugos
vemos como nos nacen arrugas en la frente
y nos volvemos serios, pero siempre por siempre
nos persigue la risa amarrada también a los talones
y sabemos tirarnos una buena carcajada
y ser felices en la noche más honda y más cerrada

porque estamos construidos de una gran esperanza,
de un gran optimismo que nos lleva alcanzados
y andamos la victoria colgándonos del cuello,
sonando su cencerro cada vez más sonoro
y sabemos que nada puede pasar que nos detenga
porque somos semillas y habitación de una sonrisa íntima
que explotará, ya pronto.
en las caras de todos.”
                                                                 (Gioconda Belli)


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