sábado, 30 de abril de 2011

La pelicula de la semana (3)

Código fuente (USA-Francia, 2011) de Duncan Jones.
Las preguntas que siempre nos asedian.

¿Qué somos, quienes somos, por qué somos? ¿Estamos condenados a vivir siempre la misma vida? Esta es la eterna pregunta que nos hacemos los humanos siempre y a la que desde Sócrates  -“conócete a ti mismo”- y  otros muchos grandes emisarios de Dios: Buda, Confucio, Jesús, Mahoma, Gandhi… han intentado a ayudar a responder a estos interrogantes de los hombres. Hoy también quizá en un tono infinitamente menor, pero siempre audible para los que tienen cierta sensibilidad se plantean las mismas cuestiones.  Aquí tenemos una película y a su director que nos hacen la misma y tozuda pregunta que nunca se nos desprende de la piel.
Porque en “Código fuente” se intenta desentrañar estas cuestiones existenciales de nuestra vida y lo que en ella nos acontece, desentrañando la clave del por qué  los seres humanos somos lo que somos y por qué no nos conformamos con nuestro hoy sin que también queremos desentrañar el futuro. Y esto es lo que hace al cine que sea grande a pesar de que las películas que se vean no lo sean, porque incluso dentro de un genero –la ciencia ficción- que no tiene fama de sesudo, se nos brinda  plantearnos reflexiones y discursos, que aunque silenciadas o no explícitas, son eternas, como es la pregunta por el ser y el devenir.
“Código fuente” es pues el filme que me ha hecho sugerir estas cuestiones y está dirigida por Duncan Jones, el hijo del polimórfico cantante David Bowie, cuya ventaja de tener tan famoso padre y buen padrino, no le hace falta, pues se esta haciendo un lugar propio digno de un huérfano no solo de  por esta película y sino también  por su anterior, “Moon”, un filme muy interesante que reflexionaba sobre el mismo asunto.
“Código fuente” nos narra casi en un misma secuencia de ocho minutos que se repite con variantes cada vez: los esfuerzos de un militar investigador que intenta desenmascarar, antes que ocurra, al terrorista que provoca un atentado con una potente bomba en un tren que se dirige a Chicago. Cada vez ocurre lo mismo: la explosión sucede pero en una vista atrás en el tiempo, como si de un bucle del celuloide que se torna a repetir, el protagonista regresa tras del  intenso, trágico y breve evento  y se le da una nueva oportunidad para evitar la catástrofe. ¿Lo conseguirá? La película que da al final un vuelco inesperado y algo embarullado –ése es su talón de Aquiles-, nos lo dirá.
Junto a este discurso reflexivo e interesante que antes señalaba, “Codigo fuente” tiene el aliciente sumado de rendir homenaje implícito al cine de Hichtcock que afirmaba que el suspense funciona cuando hace cómplice al espectador de los peligros que acechan a sus protagonista s que los ignoran y a la vez añade una buena dosis de humor e ironía que alivian la tensión, a veces dura e insostenible.  Así pues tenemos un película digna de ser vista que entretiene y nos hace pensar siguiendo los sustos, precipitaciones y ansiedades de este pobre militar con mucha arrojo y algo más de despiste y mocho mas zozobras (interpretado por Jake Gyllenhaal, siempre con esa cara de victima pasmada)  y condenado a  repetir la historia humana como el mito del eterno retorno de  lo mismo.  Lástima que el final del filme sea tan rebuscado y embarullado.

viernes, 29 de abril de 2011

Se acabó la Semana Santa Marinera: ahora, a evaluar.

Ayer, jueves de Pascua, acabaron ya en la parroquia de los Ángeles, los eventos religiosos  de la Semana Santa de 2011, con la última procesión de traslado de la veneradísima imagen del Santísimo Cristo del Salvador, hasta el templo parroquial.
Ahora debería venir el tiempo de reflexión y evaluación sobre lo vivido y experimentado en estos días que además de presentarse con un tiempo meteorológico incierto (muchas nubarrones  y bastante lluvia) han tenido sus problemas, algunos graves y otros más leves, que son el síntoma de los nubarrones y tormentas que se pueden cernir, si a tempo no se solventan, sobre estas celebraciones y que, pese al trabajo y ocupación que me comportan, siempre me han gustado. Desde 2002 estoy en esta parroquia y lo visto de cerca y vivido intensamente de la Semana Santa (con más cercanía que muchos veteranos) me permite juzgar y opinar sobre algunas cuestiones  a reformar y restaurar y que aquí propongo como una evaluación totalmente debatible  pero también necesaria: 

  • Hay que reducir actos (menores y mayores) que se ha ido acumulando a lo largo de los años.
  • Hay que reestructurar cofradías (aparte de declarar ya “numerus clausus” para los intentos de crear nuevas), habría que estudiar el modo de unir varias en una, sin que ninguna perdiera sus lógicos derechos y tradiciones propias.
  • Hay que plantear igualmente, considerando los intereses de todos, los trayectos de algunos de los desfiles procesionales en aras de la eficacia, la dignidad y las posibilidades de las cofradías.
  • Hay que solicitar a los párrocos mayor atención y dedicación a las asociaciones publicas de la Iglesia que son las cofradías.
  • Hay que exigir a las Juntas Parroquiales y a la Junta Mayor que se impliquen más en los casos de “infecciones”  de la fiesta que menoscaban su salud,  su pureza y su disciplina.
  • Hay que “aclarar” la relación con los medios, sin vender el alma solo por “salir en la foto”, sin depreciar tampoco su aportación positiva y provechosa para la fiesta.
  • Hay que fomentar el dialogo y la coordinación entre los agentes principales, representativos, reguladores y coordinadores de la Semana Santa Marinera: Clero Parroquial, Juntas Parroquiales, Junta Mayor e incluso Ayuntamiento y Policía Municipal.
  • Hay que hacer compatibles todos los aspectos que concurren en la fiesta: los religiosos (atención a los oficios litúrgicos oficiales), procesiones y desfiles, aspectos antropológicos y etnológicos, momentos lúdicos, convivencia entre cofrades y aspectos sociales: solidaridad con los desprotegidos.

Naturalmente, para hacer todo esto hace falta que a nivel individual y colectivo nos carguemos todos de responsabilidad, coherencia y un espíritu verdadero de diálogo, aportando generosidad, sacrificio y deseo de renovación. ¿Por qué no convocar una especia “congreso constituyente” donde todos nos pusiéramos a la labor valiente y atrevida de corregir, sanear y renovar y dar nueva vida –con el respeto sagrado a nuestras tradiciones – a la Semana Santa Marinera de Valencia. ¡Convertir en leyes refrendadas por el arzobispado nuestras normas y  reglas nacidas de pactos y consensos es también urgente y evitaría situaciones disciplinares equívocas!
No soy un “semanasantero” (no llego a colegir qué es eso: si es solo pasión sin razón, no me va) pero me gusta y amo esta Semana Santa. Por eso con prudencia y humildad me atrevo a exponer estas mis opiniones.

miércoles, 27 de abril de 2011

El mendigo que confesó al Papa


He aquí una anécdota muy bonita -mi pequeño homenaje- que le ocurrió al que dentro de unos días será Beato Juan Pablo II.
Hace un tiempo, en el programa de televisión de la Madre Angélica en Estados Unidos (EWTN), relataron un episodio poco conocido de la vida Juan Pablo II.
Un sacerdote norteamericano de la diócesis de Nueva York se disponía a rezar en una de las parroquias de Roma cuando, al entrar, se encontró con un mendigo. Después de observarlo durante un momento, el sacerdote se dio cuenta de que conocía a aquel hombre. Era un compañero del seminario, ordenado sacerdote el mismo día que él. Ahora mendigaba por las calles.
El cura, tras identificarse y saludarle, escuchó de labios del mendigo cómo había perdido su fe y su vocación. Quedó profundamente estremecido.
Al día siguiente el sacerdote llegado de Nueva York tenía la oportunidad de asistir a la Misa privada del Papa al que podría saludar al final de la celebración, como suele ser la costumbre. Al llegar su turno sintió el impulso de arrodillarse ante el santo Padre y pedir que rezara por su antiguo compañero de seminario, y describió brevemente la situación al Papa.
Un día después recibió la invitación del Vaticano para cenar con el Papa, en la que solicitaba llevara consigo al mendigo de la parroquia. El sacerdote volvió a la parroquia y le comentó a su amigo el deseo del Papa. Una vez convencido el mendigo, le llevó a su lugar de hospedaje, le ofreció ropa y la oportunidad de asearse.
El Pontífice, después de la cena, indicó al sacerdote que los dejara solos, y pidió al mendigo que escuchara su confesión. El hombre, impresionado, les respondió que ya no era sacerdote, a lo que el Papa contestó: "una vez sacerdote, sacerdote siempre". "Pero estoy fuera de mis facultades de presbítero", insistió el mendigo. "Yo soy el obispo de Roma, me puedo encargar de eso", dijo el Papa.
El hombre escuchó la confesión del Santo Padre y le pidió a su vez que escuchara su propia confesión. Después de ella lloró amargamente. Al final Juan Pablo II le preguntó en qué parroquia había estado mendigando, y le designó asistente del párroco de la misma, y encargado de la atención a los mendigos.
Fuente: Solidaridad.net

lunes, 25 de abril de 2011

Los fieles huyen de los balonazos

Esta noticia y a toda página, sin el vídeo correspondiente, ¡que no os lo descargo porque no sé hacerlo! apareció publicado en el periódico LAS PROVINCIAS de ayer, Domingo de Resurrección. Es más de lo mismo.
Feligreses de la iglesia de los Ángeles recogen firmas para remodelar la plaza y evitar su uso como campo de fútbol
LOS FIELES HUYEN DE LOS BALONAZOS
Valencia 24.04.11 - 00:24 -
LOLA SORIANO | VALENCIA. La iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles del Cabanyal está perdiendo a marchas forzadas a los feligreses más fieles a la misa diaria, las personas de avanzada edad, que se han visto obligadas a renunciar a escuchar la Palabra de Dios por temor a recibir balonazos a la entrada del templo. Y es que, según detallan, la plaza peatonal se utiliza como campo de fútbol, la puerta de acceso al templo y la zona del campanario se ha convertido en una improvisada portería, y no son pocos los devotos o peatones que tienen que esquivar balonazos antes de atravesar la plaza.
Según lamentan desde la iglesia de los Ángeles, «ya son varias las personas mayores que han sufrido caídas tras recibir el golpe de un balón. Hay que tener en cuenta que un trompazo a esos años es peligroso porque se pueden romper un hueso», explica el párroco José Luis Barrera y Enrique Juan, sacristán.
Ambos aseguran que la plaza es un espacio de convivencia y un punto de encuentro del barrio y más ahora durante la Semana Santa Marinera, «pero hay determinadas personas, adolescentes de 14 ó 16 años, que tienen actitudes poco cívicas y no chutan al balón de forma suave, como lo puedan hacer niños pequeños, sino que lo lanzan muy fuerte y hasta cuando estamos en misa se oye retumbar la pared».
Las consecuencias de estos 'tiros a puerta' son más que visibles. Algunos de los cristales de las ventanas están rotos, la cerradura de la puerta de la oficina no funciona bien, también está estropeado el portero electrónico y la fachada de la iglesia está llena de suciedad. «Antes, todos los años la repintábamos, pero ya lo hemos dejarlo por imposible», comentan Barrera y Juan.
Hace unos días un balonazo movió la tulipa de una farola «y han tenido que venir los técnicos a cambiarla. Si llega a caer y dar a alguien...». Otra anécdota es que las flores que plantó el Ayuntamiento el viernes del pregón de la Semana Santa Marinera, protagonizado por el torero Enrique Ponce, ya están arrancadas. «Duraron 24 horas. La mayoría las quitaron y los naranjos están desplumados y arrancan hasta la corteza», añaden.
Estas acciones no sólo afectan a la iglesia, un bar de la misma plaza también recibe los impactos. «Está el cliente en la terraza tomando una tapa y, de repente el balón le da un golpe o le tira el refresco. Más de uno se ha enfadado y encima, algunos jóvenes increpan», según Miguel de la Calle, del bar Río Frío.
Vecinos de la zona, como Salvador Ortuño, han iniciado una campaña de recogida de firmas para pedir que se remodele urbanísticamente la plaza, de modo, que siga siendo lugar de esparcimiento, pero no un campo de fútbol. «Llevamos 271 firmas. Queremos que arreglen esto y que pongan vallas para proteger las flores», según Ortuño.
También piden que se controle el aparcamiento de coches y «y los que montan cenas improvisadas que no dejen tiradas las botellas, papeles, gusanitos o pipas».

domingo, 24 de abril de 2011

¡Cristo ha resucitado!

“Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas,
no se retirará de ti mi misericordia,
 ni mi alianza de paz vacilará
-dice el Señor, que te quiere-.
Tus hijos serán discípulos del Señor, tendrán gran paz tus hijos.
Tendrás firme asiento en la justicia.
Estarás lejos de la opresión,
y no tendrás que temer;
y lejos del terror, que no se te acercará”. Isaías 54, 5-14

Estas palabras se cumplen en y por la Resurrección de Jesús.
¡Feliz Pascua a todos!

sábado, 23 de abril de 2011

¿Para qué sirve un santo?

Todos sabemos que los santos son señores-as que están en el cielo y cuyas imágenes veneramos en las iglesias. También representamos sus (muchos hipotéticos) retratos en pinturas y estampas que tenemos guardados entre las páginas de algún libro o adheridos en el cristal de algún cuadro o en la mesita de noche.
Algunos de estos personajes canonizados son unos perfectamente desconocidos (depende del lugar, de las devoción, del “populismo” que les rodea) otros, universalmente afamados. Esto de nuestro amor a los santos nos separa un poco a los católicos de los protestantes, que nos consideran supersticiosos y fetichistas y mucho de los musulmanes, que piensa que eso es idolatría. (Ellos también tienen sus “santones” que veneran igualmente como nosotros). Pero en  algunos casos, tienen razón. Hay un catolicismo popular y bastante poco instruido, alimentado por la propia Iglesia, que basa su fe cristiana en la devoción santera.
Los fundadores de órdenes religiosas, sobre todo de monjitas, consiguen llegar después de mucho tiempo y denodado esfuerzo de sus adeptos, a la gloria de los altares. Sin embargo,  algunas instituciones y movimientos poderosos de la Iglesia consiguen que sus líderes o bienhechores accedan demasiado rápidamente a ser proclamados santos: los escalones de venerables, beatos y santos se los saltan con demasiada facilidad: siempre encuentran el milagro evidente que puedan incluirlos en las letanías.

Para qué sirve un santo? ¿Para hacer milagros? ¿Para llenar las hornacinas de los templos? ¿Para que sus seguidores puedan imponerse como una tendencia de poder en la iglesia, para sentirse con derechos dentro de ella?

A mí me desconciertan mucho las causas de beatificación y canonización de los santos últimos que, sobre todo el Papa anterior, ha ratificado demasiado tranquilamente. Veo cómo Monseñor Romero, o Helder Cámara u otros que no son de la cuerda actual de la iglesia andan demasiado olvidados. Sin embargo con motivo,  en el próximo 1 de mayo, de la beatificación de Juan Pablo II,  a quien admiro en algunos de sus aspectos pero en otros, no, se ha creado una especie de histeria colectiva en cierto movimiento de la Iglesia a que a mí me preocupa.

Como la cuestión de la devoción a los santos no es dogma de fe (solamente verdaderamente hay un Santo y ése es Dios y a todos nos hizo santos por el bautismo) no me da reparo en opinar así y afirmar que un santo debe servir para ser señalado como ejemplo de vida cristiana.

viernes, 22 de abril de 2011

Erbarme dich, mein Gott : LA ORACIÓN DE BACH

Si hay algo que a mí me emocione y se me cuela de rondón en mi alma en estos días es escuchar la Pasión según san Mateo de  ”San” Juan Sebastian Bach. Hay un aria, la número 39 que canta en oración el llanto de Pedro  el pescador que niega a Jesús que eriza la  punta de la los pelos de la cabeza. Se titula “Erbarrme dicht“. Escuchadla. Y se traduce más o menos así: "Ten piedad mira mis lágrimas. Mira como mis ojos y mi corazón lloran delante de ti. Ten piedad de mi. Se4ñor. Mira mis lagrimas!

miércoles, 20 de abril de 2011

No todo es sufrir y penar.

Aunque pueda pecar de reiterativo, como estos días, lo que estoy viviendo por deber, placer y fuerza mayor son los eventos de la Semana Santa de mis cofradías, no puedo sustraerme de hablar de ello: muchas misas, muchas horas en el templo, muchos preparativos de estrategias y logística y muchas consultas. Y luego, las procesiones, a veces más largas que un día sin pan… o sea, todo un penar y sufrir.
Pero eso no es del todo verdad: también se disfruta de lo lindo, si vas con cautelas, contemplado las variopintas situaciones y anécdotas que se suceden. Entre ellas, por ejemplo, lo bien que se puede comer aquí en estos días. Como ando de régimen dietético procuro declinar muchas invitaciones  a almorzar,  comer, cenar, etc. Pero algunas vez cedes a la tentación… y el lunes pasado, cuando yo no suelo tomar más que mi té y café con leche matutino,  ¡almorcé dos veces, en sendas cofradías! Aquí tenéis una imagen del suculento buffet libre que una cofradía ofrecía a un montó de invitados. Todo cocina casera y muy propia de estos barrios marineros: escabeches, “esgarrat” (bacalao y pimiento rojo con ajo y aceite crudo), “titaina” (una especie de sofrito hecho con tomate, pimiento rojo asado, piñón, ajo y ventresca de atún salada -tonyina de sorra-), pimientos verdes fritos rellenos con sardina arenque, pulpitos, "lleterola", rabo de toro… en fin, algo muy suculento para después desgastarse en los largos y lentos desfiles procesionales. ¡Ah! En Viernes Santo  se guarda ayuno y abstinencia.

En el creer y amar, todo es empezar

“No es necesaria la fe en Dios, basta la fe en las cosas creadas, que permite moverse entre los objetos persuadido de su existencia, convencido de la irrefutable realidad de la silla, del paraguas, del cigarrillo, de la amistad. Quien duda de sí mismo está perdido, al igual que quien, temiendo no conseguir hacer el amor, no lo consigue. Se es feliz junto a las personas que nos hacen sentir la indudable presencia del mundo, así como un cuerpo amado proporciona la certidumbre de esos hombros, de ese seno, de esa curva de las caderas y de su onda que sostiene como un mar. Y quien no tiene fe puede comportarse como si creyera; la fe vendrá después.”
Esto lo leí anoche, en un libro de Isaac B. Singer, Amor y exilio: Memorias”, su autobiografía, llena de pasión por la vida y desesperación por las tradiciones que se pierden.

domingo, 17 de abril de 2011

Un divertido “mix”.

Ya ha empezado la Semana Santa Marinera. Todo un acontecimiento sorprendentemente variopinto y lleno de paradojas, que puede despistar a muchos o hundirlos en la perplejidad. En mi parroquia hay diez cofradías de Semana Santa -(¡sí, diez!)- lo que implica que por su parte, ésta tiene que disponer de una buena estrategia y mejor logística para atender y ocuparse de ellas. Menos mal que tengo un sacristán que me la dirige muy bien…
Al final, la Semana Santa de los Ángeles es una especie de mezcla de los siguientes e "interesados" elementos: el de los medios de comunicación, que como este año cae ya lejos del comienzo de la Primavera,  esta vez no nos hablan de las fiestas del solsticio, pero siguen con la monserga de presentarla como si la Semana sSanta hubiera nacido secularmente por generación de esporas, sin relación absoluta con la fe en Jesucristo que a su manera, ha tenido siempre el pueblo de El Cabañal.
Después hay otros que quieren hacer de la Semana Santa un mero espectáculo cultural: su colorido, su hondo sentido antropológico y etnológico etc., y obnubilan así sus esencias cristianas.  sueeln ser gente muy enraizada en estos pueblos y yo creo que traicionan la uatentica tradición "semnasantera" (perdón la palabra!). Desde el ente general que cordina y dirige toda la organización de estos eventos (que, últimamente, cuando surge algún conflicto, se dedica a lanzar balones fuera, a mirar para otro lado, cuando deberían realmente implicarse) se ha llegado a pedir, en y desde la prensa, que a nuestra Semana Santa le vendría muy bien que se llenase de toreros, artistas y políticos (¡uf!)
Y por último, están los curas, que aunque no son indígenas, sí que intentan hacerse y encarnarse en el pueblo,  y que quieren sacar partido  y provecho de la Semana Santa, recordando sus auténticas raíces, aprovechando en lo posible, estos medios de la religiosidad como instrumentos para evangelizar y hacen lo que pueden aunque piensen algunos, ¡menudo rollo!
La gente normnal y sencilla que forma las cofradías, al final vive lo que puede. Y en ellas se hace a veces una mezcla –un “mix”- de todos estos aspectos. Pese  a todo, no me desanimo: ¡adelante, y a estar bien con todos!. ¿O hay otra solución?

sábado, 16 de abril de 2011

¿Dónde está la casa de mi amigo? (6)

Homenaje a un compañero y  amigo: Jesús Marqués.
Me he enterado muy tardíamente de la muerte de Jesús Marqués. Fue un de esas muchas personas cuya relación con él te marca  toda la vida. Era director espiritual en el seminario, cuando yo era joven, en los penúltimos años de mi vida aspirante al sacerdocio. El director espiritual en mi años de formación solía ser un hombre bueno, que no tenía poder disciplinar y con quien nosotros además de las consultas del alma, solíamos conversar con total y completa libertad. No lo veíamos como un “cuenta-ve-y-dile”  de aquel rector, ponderado por muchos, que era una especie de déspota ilustrado,  Antonio Rodilla.
Jesús Marqués, además de dirigirnos espiritualmente, también, por lo menos conmigo ocurrió, nos guiaba culturalmente. había estudiado en París, había leído muchísimo, y estaba totalmente imbuido de la cultura francesa. En el siglo XVIII hubiera sido de tachado de afrancesado. Pero allá por los años sesenta, no estaba mal su labor cultural, en un seminario donde se nos preparaba muy bien pese a que muchos de los profesores que teníamos se les caía la baba ante los intelectuales alemanes.
El bueno de Jesus me dio a conocer a escritores de la talla de Charles Peguy, Albert Camus, Georges Bernanos, Julen Green, François Mauriac. A todos nos recomendaba leer el “El Principito”. Hay que decir que fuera de los muros nuestro seminario, estos autores eran prácticamente desconocidos e inaccesibles, dada la censura férrea franquista.
Jesús marques dejó su cargo del seminario y estuvo unos años de párroco en la parroquia de la Esperanza en Valencia. Allí coincidí yo cuando me enviaron de cura  a la parroquia de María, madre de la Iglesia. Coincidíamos en las reuniones de arciprestazgo. Seguía siendo el hombre inquieto cultural, pastoral y litúrgicamente. En esto era hombre muy original. Mi relación de seminarista se trocó en amistad de sacerdotes. Una vez a la semana salíamos a hacer una pequeña excursión por la diócesis que acababa  en una comida en el bar de algún pueblecito. Hablábamos de todo y, sobre todo, de cultura humanista y cristiana.
Después se desinfló en su vocación, se secularizó y se casó. No sé cómo le fue su matrimonio (creo que mal) y yo le perdí la pista. Algunos años en semana santa venía por los Ángeles, la parroquia donde ahora ejerzo, a ver nuestras procesiones. Lo vi viejo, desengañado, pero al mismo tiempo le veía brillar en sus ojos miopes la luz de la ilusión, el brillo de la curiosidad intelectual. Ahora  sé que murió hace unas semanas. De haberme enterado, hubiera estado en su entierro. Ya he ofrecido más de una misa por su alma y seguiré rezando por él. Tengo la certeza de que la casa de mi amigo ahora está en la otra orilla, la de Dios.

jueves, 14 de abril de 2011

Mi plaza en El Cabanyal



Aun que creo que ya en otro lugar he hablado de la plaza donde vivo, -mi vivienda, la casa abadía, es  un lugar privilegiado-, ayer ocurrió una cosa muy chusca. Vinieron del periódico “Las Provincias” a recaba datos para hacer un reportaje sobre los desmanes y abusos cívicos que en ella suceden. Y por la tarde intentaron documentar con  cámara dichos disloques. Pero… no ocurrió nada.
Se ha creado una plataforma creada por un vecino para recoger firmas (y ya son muy numerosas)  solicitando un control de la policía municipal que evite su uso como aparcamiento público, algo que ya parece conseguido y que los vecinos que bajan con mesas y sillas a cenar no ensucien el suelo. Pero evitar que se utilice como campo de futbol por los adolescentes y chavales algo más talluditos parece labor de titanes.
En efecto, allí juegan con entusiasmo febril los chavales cuya fuerza impulsora de las puntas del pie que lanza el balón es incontrolable. Resultado: las personas que han de cruzar la plaza  (es paso obligado para transitar de un lado del barrio al otro)  o los que intentan tomar el sol plácidamente tienen que arriesgarse a pasar por la portería que es la pared del templo: el terror y el temblor acongoja sus corazones porque un balonazo perdido puede dar al traste con su esperanza de vida. Igualmente la madres cuyos hijo  pequeños pasean en cochecito, o acompañan a sus bebés en sus primeros pasos. No me quejaré yo tampoco  de los desperfectos y molestias  que provoca el deporte del balompié incontrolado en la fachada del templo y en mi retorno personal en mi casa.
Por la tarde, ayer, vino un cámara y su ayudante a tomar imágenes de lo que pasa en la plaza. Pues bien, ayer fue el día que más cívica y placentera estuvo. Los niños pequeños correteando, sus madres sentadas en los poyetes que circundan la plaza vigilándolos y dándole al pico. Otros niños jugando  a la peonza y otros corrían por la plaza con sus patines que es el juego de turno infantil. ¡Mi plaza –una del más bonitas y entrañables de la ciudad- convertida en un lugar paradisiaco, como siempre debiera ser! Así que los periodistas se fueron pensando que no era para tanto, o es que alguien se chivó que iban a ser grabados…
Pues yo digo: que continúe la buena racha de civismo y la “plaça dels Àngels” sea un punto de encuentro seguro, familiar y entrañable.

martes, 12 de abril de 2011

la película de la semana (2)

En un mundo mejor de Sussane Bier (Dinamarca, 2011)
Una historia emotiva de perdón y reconciliación

 Susanne Bier (“Después de la boda”, ”Brothers”, “Cosas que perdimos en le fuego”) es una cineasta danesa que se ha constituido, con su obra cinematográfica, en la reina del melodrama o sea del cine de las emociones fuertes capaz de hacer derramar muchas lágrimas. Un género difícil donde los haya,  puesto que en él  se exige al mismo tiempo dominio  y autocontrol  de sus ingredientes emocionales. Si no se consigue, se puede caer  en el abismo de la desmesura y conseguir un “pathos” que bordearía a la misma caricatura y a la comicidad. Como se dice: “De lo sublime al ridículo”. La directora danesa presenta un drama intensísimo que se adentra con naturalidad en el interior de sus personajes que sufren situaciones límite al  enfrentarse con las más tristes realidades de la vida humana: la violencia, la muerte, el extrañamiento de las parejas, la descomposición de la familia…

"En un mundo mejor" se nos narra la contradicción y desgarro que atraviesan la vida y el corazón de Mikael que alterna su trabajo habitual como médico con  largas temporadas en un país africano cooperando en una ONG. Su matrimonio se ha ido a pique y está tramitando el divorcio, por lo que aún está más hundido. Uno de sus hijos, Elías, es un niño de uno once años que en el colegio sufre acoso escolar, sin rechistar, aguantado lo insoportable por seguir el consejo de su padre que le dice que no responda con violencia a los ataques de los otros niños. Pero hay allí otro niño, Christian,  traumatizado por la muerte de su madre y lleno de rencor hacia su padre, del que se hace muy amigo. Éste opta por no poner la otra mejilla y dar el puñetazo primero y buscar la complicidad de Elías para  ejecutar sus planes violentos de venganza.

Hay que estar atentos a los aspectos artísticos de este filme puesto que ellos brillan con gran fulgor. Sobre todo la gran interpretación que del personaje del médico y padre ejemplar hace el actor danés Mikel Persbrandt  Un sorprendente personaje que encarna los valores más positivos del arrojo y el coraje en los momentos difíciles de la vida. Véase la escena del enfrentamiento con el tirano en África.

En un mundo mejor”  se ha realizado con un gran esmero estético: la fotografía está muy bellamente conseguida sin caer en los tópicos de la estética de la tarjeta postal. La banda sonora musical tiene casi entidad inspirada propia, sin inundar sin embargo el transcurso y desarrollo del filme.
        Como en otras cintas de esta directora, sus personajes siempre aparecen en medio de la coyuntura de tener que realizar una opción fundamental en sus vidas, de modo que ello les apremia para poder abrirse  dolorosamente camino. Buscan a la vez una nueva oportunidad para conseguir la felicidad de la que carecen. En un mundo mejor creen encontrarla en el perdón y la reconciliación: un mensaje de esperanza.

domingo, 10 de abril de 2011

Ponce, el torero, Pregonero de la Semana Santa.

El viernes pasado tuvo lugar en la parroquia que regento el Pregón de la Semana Santa Marinera de Valencia 2011. El pregonero fue el torero Enrique Ponce. A uno se le encoge el corazón y se le aparece la perplejidad al pensar que un discurso sobre cosas tan sagradas como son la  pasión, muerte y resurrección de Cristo se le encomienden a una persona que se dedica al bello arte de Cuchares.
Fue una verdadera sorpresa. Los prejuicios que quizá alguien podía tener sobre el resultado final se derrumbaron enseguida. El torero de Chiva hizo un discurso sencillo, elegantes, lleno de sabiduría,  de verdadera religiosidad de creyente y además muy bien pronunciado. Habló de sus recuerdos de niño, de su profesión – el toreo-, y lo  comparó con elegancia con el otro toro que también tuvo que lidiar Jesús: el de su pasión y muerte. Habló de la cultura entendida como algo que brota del pueblo sencillo y que no se puede imponer. En resumen, un sorpréndete, culto, bello y piadoso discurso.
Y es lo natural: como lo es este matador de Chiva. Muy delgado, elegante, con un aire de sencillez que se confunden con timidez y  discreción. Ni qué decir tiene que el templo estaba a rebosar, que los políticos de la ciudad  –la alcaldesa al frente- ocuparon los sitiales  de honor y una nube de fotógrafos y cámaras incordiaba con el centelleo constante de sus flashes.
Al final del todo habló el Arzobispo. A mí en verdad no me gustó mucho. Agradeció a Ponce su “valentía” (¡) por declararse creyente en público, (como si viviéramos ahora en el siglo de  Diocleciano) y habló de tolerancia y "tolerancias": todo el insoportable y catastrofista discurso oficial de la actual Conferencia Episcopal. Una pena, porque  podía haber aprovechado algunas de las bonitas ideas que Ponce expuso en su bonito Pregón de la Semana Santa.

viernes, 8 de abril de 2011

¡Que estamos en Primavera!

Aunque incipiente y tímida debido a la prepotencia de este invierno pasado, que ha sido largo y duro, nadie puede poner freno a ese deseo que la naturaleza tiene de volver a nacer, a reverdecer, a engendrar vida a granar en frutos.
En mi ciudad de Valencia, mediterránea donde las haya, la vemos en este naranjo ciudadano  florido a tope de azahar, que de noche embalsama el ambiente con su perfume acariciante o en el aspecto que tiene la playa cercana a mi casa hace dos domingos pasados al atardecer, donde la luz parace inmovilizar el aire.

¿Quién puede soñar más? ¿Quién, resistirse  a sus encantos?

jueves, 7 de abril de 2011

Acceder a Dios.


Da la sensación que la escalera que  Jacob soñó una noche en el desierto se rompió hace ya mucho tiempo. A través de los ángeles que subían y bajaban, Dios se acercaba al hombre y éste a Dios. Parce como si Dios no hablara, no fuera algo tan evidente.  Es el silencio de Dios, cuya voz no pueden escuchar los oídos embotados del ser humano. A Dios no lo oyen, ese Dios tan evidente y hablador  otrora,  y que ahora no parece responder a las angustiosas preguntas de los hombres.
También éstos ya no desean ni quieren, ni buscan a esa presencia comunicativa de Dios. Los oídos embotados por otros ruidos, el corazón quizá reseco por otros soles, el hartazgo de tantos manjares verbales y aburridos sermones, ha hecho que el discurso sobre Dios parezcan palabras necias dirigidas a oídos sordos.
Y sin embargo… por otros caminos, que a veces parecen atajos o retorcidos vericuetos, los hombres andamos buscando a Dios. Yo creo que este es el gran problema que hoy tiene la Iglesia cuya vocación es ser nueva escalera de Jacob, camino y lugar de encuentro  con Dios para el mundo. Pero vemos que ésta no sabe o no contesta: demasiado miedo a lo nuevo, excesivo apego a lo antiguo.
…Y como dice Jesús:  A vino nuevo, odres nuevos”.

miércoles, 6 de abril de 2011

Leer poesía, escribir poesía

Leer poesía  es algo que hay que  hacer constantemente. En cierta manera la poesía la reescribe el que la lee, porque traslada las palabras impresas del poema a la sede de su corazón.  Con palabras del poeta Luis García Montero: «El buen poema es una partitura. El lector de poesía no es el oyente del concierto, es como el músico que interpreta esa partitura».
Siempre tengo en mi mesita algún libro de mis poetas preferidos. Los versos que leo me dan bonanza, sosiego, paz, antes de dormir,  y me ayudan a  entregarme en las manos de Dios  como si fueran una plegaria, porque todo poema es en el fondo una oración musitada por  otros, a través de la belleza que proclaman.
Estoy ahora leyendo los poemas de García Montero en su último libro “Un invierno propio”, editado por Visor. ¡Qué altura y profundidad los versos de este profesor granadino! Consciente y clarividente de lo que aqueja al ser humano, plantea con belleza intimista esta angustia que nos sofoca en este tiempo de quiebra de valores y propone salidas y camino futuro a la encerrona con la que la crisis económica, que es también una crisis espiritual, nos anda asediando. «La crisis no es sólo un problema económico —continúa Luis—. Es la quiebra de valores. El ser humano no puede ser un lobo para el ser humano, hay que buscar también una reivindicación de los sentimientos».
«Debemos quitarnos las gafas de la rutina, las gafas dogmáticas, hay que buscar la mirada propia, y entonces las gafas son metáfora de la conciencia que quiere seguir observando con honestidad y libertad la realidad».
Yo os recomiendo, amigos lectores, que leáis poesía.

sábado, 2 de abril de 2011

Un pasodoble para mi arzobispo

Hoy, domingo, en Castellar, pueblo pegado ahora ya a la ciudad de Valencia se va a estrenar  en la plaza del pueblo y por la banda local, el pasodoble “Carlos Osoro”. Sí, habéis leído bien. Es una pieza musical para nuestro arzobispo que parece tener el don de la ubicuidad y tendencia a la hiperactividad. “Zelus domus tuae comedit me!” ¡Está en todas partes, tan pronto tomando horchata con sus seminaristas como en las vísperas de un convento! Acostumbrados al “estiramiento” de anteriores  prelados, me llama la atención tan variada y rompedora conducta.
El pasodoble, compuesto y bautizado en honor suyo y con su nombre será interpretado públicamente por primera vez en ese pueblo, después de  la misa de doce.  Al cura párroco le han dicho que aligere en la Misa. Seguro que leerá la forma abreviada del largo evangelio del ciego de nacimiento.
Desde aquí felicito a nuestro marchoso Arzobispo  y le  pido que  cuelgue el pasodoble en la pagina webb del Arzobispado. A ver cómo suena.

¡Luz, luz, luz!

Ya estamos en el domingo IV de Cuaresma. El domingo del ciego de nacimiento. No os conforméis con escuchar el Evangelio (Juan 9, 1-38) en la celebración de la Misa, sino leedlo previa y tranquilamente en casa.

Se "ven" cosas que de otro modo son más dificiles de percibir. Y es que Dios sigue hablando. Veréis -nunca mejor dicho- qué gozada.

¡Señor, ilumina los ojos de nuestro corazón!

Después de una pesadilla, ¿otra?

Zapatero se va. El tiempo, que pasa y coloca siempre las cosas en su sitio, dirá la última palabra sobre este político que junto a aciertos, ha tenido graves errores y nos infectado de extraños “virus” jaleados y propagados por cierta burguesía y progresía  –la izquierda ”proletaria”  ya no es lo que era-  muchas veces simbolizada muy bien por la embajada de sus ministr@s más que impresentables.
Lo cierto es que después de esta pesadilla, dado el panorama, puede venir otra. Y es que los políticos y su mundo están totalmente desprestigiados. ¡Temblemos, muchach@s!