lunes, 14 de noviembre de 2011

Lo miró a hasta que tuvo que bajar los ojos.


La noticia y su foto ya son tardanas. Pero quiero sacarla a colación, porque me impresionó enormemente el valor y gallardía de una mujer, que fue esposa de Fernando Buesa el socialista asesinado por los de ETA.

El ejecutor de la ETA, el asesino Txapote, estaba siendo juzgado por delito de asesinato múltiple en nombre de no sé que “causa noble del nacionalismo independentista”. Con risas cínicas, sonriendo con alevosía, simulando un “canguelo” que por dentro lleva, escuchó el testimonio de Natividad Rodríguez, la viuda del asesinado fríamente.

Después ella, antes de retirarse pidió permiso al presidente de la sala para poder mirar al criminal Txapote. Clavó su mirada en el que mató a su marido y este, al principio sostuvo la mirada de un modo risueño: la sonrisa se le congeló en el rostro y tuvo que bajar los ojos.

Mi respeto, mi admiración a esta mujer que saber llevar la carga de su pena, con valor y dignidad: como tantas y tantas víctimas de los asesinos de ETA.

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