Todos los días, en la prensa, se van añadiendo nombres y más nombres de los implicados en las tramas de corrupción que a la sombra de los partidos políticos y las instituciones se van descubriendo. ¡Y todo debe ser sólo la punta del iceberg!
Chorizos y más chorizos: una muestra, un informático implicado en el caso Emarsa se ha hecho con cinco chalés, dieciséis coches de lujo y un yate en Mónaco. Y los políticos colegas que han convivido con él, “tan ignorantes”, tan campantes, mirando para otro lado, o metiendo las manos en otros bolsillos.
¡Chorizos, chorizos, chorizos!
Con razón me decía el otro día mi “olivero”, que es el que me vende aceitunas en su puesto del Mercado de El Cabanyal: “Esta crisis no sólo nos ha vaciado los bolsillos, sino que nos ha quitado la ilusión, la alegría y el entusiasmo!
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