viernes, 27 de abril de 2012

Difícil lo tiene el Papa

 
El Jueves Santo pasado, en la homilía de la Misa Crismal, Benedicto XVI se refirió a un grupo de sacerdotes austriacos que, reclamando reformas en la Iglesia que no llegan, amenazaban a optar por la desobediencia eclesial si no se emprendían enseguida dichas reformas.
Pensaba yo que eso era propio de un sector muy concreto del presbiterio de Austria, pero no  es así (si no, el Papa no hubiera hecho referencia). El escrito elevado  a Roma está firmado por la mayoría de los curas austriacos y el movimiento se está extendiendo como una mancha de aceite entre le clero de Alemania, Francia y otros países de Centroeuropa. La mayoría son sacerdotes con bastantes años de ministerio; parece ser que entre el clero joven esa movida no prospera. Se hace llamar “Initiative Pfarrer” (Iniacitva de los Párrocos) y solicita que se hagan drásticas reformas sobre cuestiones que el Vaticano II ya señaló y que según ellos su no aplicación es causa del abandono de tantos sacerdotes y laicos de la Iglesia.
El Papa anterior, con ser un santo, cerró en falso muchos de los boquetes que tenía el muro de la Iglesia, incluso algunos hasta los ignoró, pero a este Papa, que es más un intelectual que un hombre práctico de gobierno, le están saliendo los enanos por todos lados, y no me refiero solo a los lefrevistas, que siguen erre que erre.
Desde luego yo firmaría muchas de la reformas en la Iglesia que piden esos curas, pero de ahí a la desobediencia… Pobre Ratzinger, con lo a gusto que él hubiera estado quemándose las cejas ante un libro y descansando al piano tocando una sonata de Mozart!...

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