Se murió Ray Bradbury. No era un escritor de mi
devoción. Yo lo conocía por el cine, donde sus ideas brillaron quizá más que en
sus libros. En general y salvo excepciones y quizá porque la ciencia-ficción en
la literatura siempre ha sido un género literario menor, los libros de Ray Radbury
me parecen que consumen mucha letra en descripciones y que sus ideas bastante brillantes,
son escasas.
De todos modos, a
él se debe el guión de “Moby Dick” que dirigió John Huston, una joya auténtica.
Sus “Crónicas marcianas” (nada que ver con el nefasto programita de TV) son
estupendas. Ha muerto pues el hombre que barruntó la desaparición de los libros,
la persecución de la cultura porque eso era un peligro para los regímenes totalitarios.
En su "Farenheit 451" (la temperatura a la que arden los libros) nos lo contó muy bien.
Ahora ha muerto precisamente
en que el tradicional libro de papel parece que va a ser fagocitado por el
libro electrónico: la era Gutenberg deja paso a la era Google.
Esta noche, rendiré
homenaje a Ray Bradbury, leyendo algunos fragmentos de “2001, una odisea del espacio”.
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