domingo, 16 de septiembre de 2012

El que avisa, no es traidor (a propósito del Evangelio))



Un anuncio-aviso de Jesús en el Evangelio de hoy (seguramente, reescrito después de la Pascua): "¡El Hijo del Hombre, tiene que padecer, ser ejecutado, pero al fin, volver a la vida!"
Dos personas que oyeron estas palabras:
María su madre. Seguramente el algún momento de confidencia entre madre e hijo, cuando éste ya quería irse de casa definitivamente para andarse los caminos de Palestina: 
-Mira, madre, -le diría Jesús- es muy fácil que si hago lo que tengo que hacer, acabaré mal, muy mal. Sé que peligrará mi vida. Pero el poder de Dios mi Padre es más fuerte que la muerte.
Ay, hijo, -diría la madre- eso ya me lo barruntaba yo. Cuando te presenté en el templo un abuelito me habló de de una espada en el corazón. ¡Hágase tu voluntad! (Ayer fue a fiesta de la Virgen de los Dolores ¡Mater Dolorosa!).

Pedro, quizá de otro modo, también lo oyó. El bravo y bruto pescador, soltaría tal vez un taco y mostraría su espíritu rebelde. 
Jesús se enfada, le reprende y decide arrancar hacia Jerusalén para coger la Cruz.

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