domingo, 7 de octubre de 2012

¿Sólo un cuervo?



El  mayordomo traidor del Papa, apodado "El cuervo", según se ve en las fotos de la prensa, me mueve a compasión. Tiene cara de víctima, de perdedor, de pardillo pillado con las manos en la masa. Ya sabéis que lo están juzgando ahora por el caso "Vaticanleaks". Uno se extraña que sea solo el mayordomo y un informático los implicados en tan mayúsculo escándalo,  eficaz instrumento para dar pábulo a las críticas, desautorizaciones y descalificaciones  de los que no aman a la Iglesia.

De todos modos a mí no me parece un grave escándalo. Los ha habido aun más grandes. Uno por ejemplo el de los casos de pederastia, a los que este Papa ha salido con valentía a su paso.

El otro y más grave y al que un tupido silencio lo ha hecho callar es el Marcial Maciel. Implica a muchos posibles cómplices en la curia y entre los obispos porque mucha gente conocía la doble vida que llevaba el fundador de los legionarios de Cristo (siento dolor por los miembros de buena voluntad de esta institución religiosa, por el grave daño que se les ha infligido). Marcial Maciel era un peso pesado de la Iglesia y todo el mundo se extraña que el papa Juan Pablo II (¡Santo súbito!) no fuere informado. ¿O lo fue?
¿Quién puede creerse ahora que esto de los papeles secretos sacados a la luz sea cosa de uno o dos hombres solos? La Curia Vaticana  es una gran maraña de hilos en busca del poder. Peor que una novelita de Dan Brown.

Pero, ¿es posible una Iglesia Católica sin Curia Vaticana? ¿No se reproducen a escala menor, las mismas delaciones, parecidas conspiraciones, iguales escándalos, idénticas ambiciones en las curias diocesanas? ¿No se fomenta ya desde el mismo seminario los deseos de hacer carrera eclesiástica? ¿No hay modos de apear de sus puestos de gobierno a esos incombustibles eclesiásticos, pegados al sillón, que en el silencio y el anonimato mueven hilos de nombramientos, conceden prebendas, otorgan honores y títulos a los que son de su cuerda, a los suyos?

¡Me duele la Iglesia!

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