viernes, 19 de octubre de 2012

Tsunami para rubios




 Todo el mundo va  a verla. Es ahora la película española de mayor éxito de toda la historia. O, lo que más interesa: la que más ha recaudado. Hablo de “Lo imposible”, la película de Bayona que cuenta cómo una familia rubia de vacaciones en Tailandia se salvó de la ola gigantesca que asoló el sur de Asia.

Yo no he ido a verla. Ni pienso. No me interesa el cine del señor Bayona (“El orfanato”), que es un cine aséptico, comercialmente planificado, que piensa más en el marketing que en el verdadero arte. Sí, el cine debe ser entretenido y divertido. Intrigante y dramático. Comercial también, por qué no. Pero a la vez, debe transmitir en su totalidad alguna idea, emoción, sentimiento y opción ética que sean auténticos. En “Lo imposible” se hace descarada omisión de los pobres y de los indígenas para ver cómo se salvan unos europeos (¿españoles o catalanes?) que están ricamente de vacaciones. Sólo ellos lo pasan mal. Los otros (miles de ellos) no interesan y los tailandeses están para servir de camareros. La focalización sobre esta gente guapa no puede ser más engañosa.

Creo que con esta película me va a pasar como con la admiradísima “La vida es bella”. No puedo con ella ¡y la he visto mucha veces por custiones pedagógicas! Me parece una vileza hacer humor bienintencionado con una tragedia tan espantosa y sangrante como fue el Holocausto. A lo mejor me falta sentido del humor.

Finalmente, que lo he leído en un artículo: la bella Naomi Watts –después de su terrible odisea-, aparece embarcándose  en el avión con sus brazos limpios y su carne rosa sin magulladuras, sin huellas ni cicatrices. ¡Qué fallo de “racord”! Como yo no la he visto, compruébelo el sufrido espectador.

“Lo imposible” es la historia de Moisés, salvado de las aguas. Pero rubio.

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