martes, 15 de enero de 2013

A propósito de un cuestiones surgidas en una Junta Parroquial



No se puede pensar impunemente: todo pensamiento influye en mí, me marca, tiene sus consecuencias. Porque somos libres.
No se puede hablar impunemente: tus pensamientos expuestos en la palabra se transmiten para ser escuchados por otros.Porque somos libres.
No se puede escribir impunemente: tus palabras escritas no se escriben para ti sólo: tarde o temprano hasta la confesión íntima se llega a  manifestar. Porque somos libres.
Si queremos ser libres en nuestros pensamientos, libres en nuestra palabra, libres en nuestros escritos tenemos que estar dispuestos a afrontar la opinión contraria de lo demás.
Por eso cuando surge un mal juicio mental, unas palabras insultantes, un escrito ofensivo, tenemos que saber apechugar y ser responsables  de lo que hemos comunicado. ¡No se puede tirar la piedra y esconder la mano, porque las palabras no son blancas! La libertad en la palabra presupone responsabilidad ante los demas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario