domingo, 13 de octubre de 2013

¡Todos somos Lampedusa!




 Lampedusa
Hasta hace muy poco yo no sabía nada más de este nombre, que lo del del Príncipe de Lampedusa, el autor de la novela El Gatopardo, que después fue filmada en una bellísima película de Visconti. En Italia, Lampedusa y por extensión el gatopardo, es símbolo de cinismo, porque en la novela se expresaba el deseo de las clases altas en Palermo de permitir los cambios sociales para que todo siguiera igual para la aristocracia.

Pero ahora sé también que Lampedusa es un lugar geográfico, la isla-símbolo de la muerte de miles desdichados, y también el exponente del gran cinismo de Europa. A sus playas, encallan, como peces muertos, miles de hombres, mujeres y niños que buscan escapar de la miseria de sus países africanos y poder llevar a sus bocas algo que comer, aunque sean las migajas que caen de la mesa dónde Europa banquetea.
Aquí, mucha indignación cuando ocurren tales desgracias: hoy han aparecido cincuenta ahogados (después de los últimos trescientos cincuenta) en el último barco siniestrado-pero ningún país europeo, ni los más poderosos de la comunidad ni los más pobres hacen absolutamente nada, todos miran para otro lado..

¿Que en la Comunidad Europea no hay ningún buen samaritano -sea país pobre o país rico-, que se acerque a estos moribundos? 

¡Todos somos Lampedusa!

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