domingo, 12 de enero de 2014

Todavía no se ha acabado la Navidad (a propósito del Evangelio del Domingo)



Hoy, domingo después de Reyes, se acaba litúrgicamente el tiempo de la Navidad en la iglesia. Como tantas veces -y aquí, le alabo el gusto-, la Iglesia va en otra dirección que la de la sociedad laica. A los grandes almacenes, al comercio y al dios Consumo les interesa empezar mucho antes del 25 de diciembre la Navidad. Así que ya a mediados del mes anterior  todo es Navidad. Escaparates, adornos y toda suerte de artilugios montan para incitar al ciudadano a comprar, comprar, comprar.
Inmediatamente después del 6 de enero –en esa misma noche-, todos los artilugios se desmontan y se tiende una nueva red comercial: se trata de nuevo de incitar al ciudadano a comprar, a comprar, a comprar… ¡Son las rebajas!

Por fortuna, la Iglesia da por acabado el tiempo navideño, con esta fiesta que se celebra este domingo: el Bautismo de Jesús. En cierta manera es el cierre del ciclo de la vida privada de Jesús: su infancia, su adolescencia y la silenciosa educación que tuvo Jesús en el anonimato de su vida con sus padres en Nazaret, José y María.

Así que Jesús, se bautiza en el río Jordán, ( y esto tiene muchos significados) y comienza a aparecer en público y hacerse notorio entre las gentes de Palestina. En las Misas de nuevo renovaremos todos nuestros compromisos bautismales a raíz del Bautismo del Señor.

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