martes, 4 de marzo de 2014

Los Oscar, un año más (1)



Aunque sea de obligado cumplimiento, hoy toca hablar de los galardones de la Academia de Ciencias Cinematográficas de Hollywood: los Oscars. No creo que mi comentario aporte nada nuevo a las noticias que nos han llegado desde América. Cada año se repite la misma (para mí, tediosa) ceremonia de la feria de las vanidades que es ese mundillo de actores y directores de cine que buscan mantener su fama y nombradía. Es natural: a fin de cuentas ellos defienden su parcela económica. Pues que con su pan se lo coman.

Y ocurre siempre casi lo mismo: los premios cinematográficos suelen ser una especie de lotería, no fruto del azar, sino resultado del choque de múltiples intereses económicos y estratégicamente ideológicos. A veces lo artístico va parejo con el premio pero otras veces ese valor anda muy lejos del filme premiado. Pero eso son servidumbres que acompañan siempre al cine comercial; no olvidemos  que los Oscars son escaparate y mostrador de la feria del comercio cinematográfico.

De todos modos, siempre hay sorpresas. Películas que se lo merecen, películas que han sido injustamente relegadas. Este año, como otros tantos,  ha ocurrido lo mismo.

“Gravity” de Alfonso Cuarón, la película más galardonada, es además una gran película, al parecer de este comentarista.  Junto a unos alardes técnicos increíbles, una espectacularidad que asombra con una historia de solitarios náufragos, la película se alza también  como un gran monumento a la espiritualidad: los movimientos en el vacío de los dos astronautas perdidos en el espacio, son los movimientos propios del alma humana, que pese a los adelantos científicos seguirá siempre siendo la misma: el reflejo de aliento de Dios, y la precariedad de su existencia en la condición humana. Alfonso Cuarón, su creador, ha sido saludado como el primer hispanoamericano que ha ganado un Oscar. Mexicano de origen, Cuarón siempre ha hecho cine al estilo norteamericano. Bienvenido, pues, este reconocimiento a esta película que une espectacularidad, creatividad e intimismo. 

(Mañana, más)

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