miércoles, 25 de junio de 2014

La Romeria del Rocío de Valencia; un día de pausa


Así de guapa estaba la Marisma


El viernes antes de Pentecostés, la Hermandad del Rocío de Valencia descansa. Es un día libre de celebraciones oficiales para ella. Y los hermanos, ya descansados y relajados del camino que el día anterior acabaron de recorrer, toman, por así decirlo, posesión de la casa, se dedican a visitar el santuario y a rezar ante la imagen de la Blanca Paloma, a pasear por el paseo de la marisma (este año estaba maravillosa), o a ir de compras.
Jóvenes tamborileros de Almonte

Ya por la mañana, a las doce,  las Hermandades últimas (de la 81 a la 114) van haciendo su presentación delante de la puerta de la ermita. Pero a Valencia (que es la 80) le toca ya el sábado y precisamente, será la última en presentarse.
El cura de Almonte predica a su Hermandad
Así que se emplea el día en acabar de descansar, las mujeres se afanan en arreglar el voluminoso equipaje  que supone tener los trajes de faralaes en habitaciones compartidas, y luego a conversar comentando el camino y a cantar y bailar que para todo hay tiempo.
Romeros de la Hermandad de Albacete, en su primer paso del Puente del Ajolí y que estan amadrinados por Valencia.
Por la tarde a las siete, la Hermandad celebra una Misa dentro de su casa, en el patio principal. Es una Misa a la que acuden todos los romeros, incluso los que están fuera de la casa, y es muy participada. El coro canta echando sus restos, y la gente participando, se la ve muy a gusto y contenta.

El cura de Valencia predicando a su Hermandad
A mí me da gran satisfacción porque delante de mí se me presenta una Hermandad-Comunidad-Iglesia que reza y celebra la fe en Jesús y la devoción a su Madre toda unida con una sola voz, una sola oración y  un solo corazón. 


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