martes, 8 de julio de 2014

Textos apócrifos



Parece ser que el texto "Los santos que quiere el Papa" que el otro día escribía afirmando que su autor era el Papa Francisco, es apócrifo. No tiene mayor importancia para muchos de nosotros. Porque una vez más lo importante no es quién lo dice, sino lo que dice. Y lo que dice está dentro del espíritu de este bendito Papa que Dios nos ha regalado.
Es curioso comprobar cómo algunos textos muy bonitos que se atribuyen a gente famosa, escritores célebres, que se usan como un reclamo para que la gente les preste mayor atención, aunque a veces estos textos no concuerdan mucho con el pensamiento, las creencias o la ideología de estos escritores.

Algunos conocerán una especie de testamento que escribió García Márquez muchos años antes de que murieses. Es un texto muy hermoso, pero no era de él.

Recientemente  hace un tiempo leí en un mensaje enviado unas palabras muy hermosas sobre los hijos y el honor de ser padre, atribuidas al escritor José Saramago. Era un texto muy bonito desde el punto de vista del escritor Premio Nobel como padre, que invocaba muy acertadamente a Dios, cosa un tanto difícil por cuanto Saramago siempre se ha declarado ateo y descaradamente hostil a cualquier religión y especialmente al cristianismo. Algunos consideran su "El evangelio según Jesús" como un libro descaradamente blasfemo.


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