Una filtración episcopal

Estos días en los cenáculos clericales y también en muchos corrillos laicos, se comenta la filtración en las redes de la que ha salido la noticia de que Don Carlos Osoro hoy arzobispo de Valencia va a ser nombrado arzobispo de Madrid. Aquí  vendrá el cardenal Cañizares.

Rumor ya antiguo que parece hoy confirmarse. Pese a que se recelaba desde hace tiempo,  ha provocado una pequeña conmoción en el presbiterio de  Valencia. Yo lo siento mucho, y creo que hemos salido perdiendo todos y toda la comunidad cristiana de Valencia. Ya andábamos casi acostumbrados al montón de actividades, proyectos y programaciones que él nos iba sugiriendo y a su estilo cercano, cariñoso y familiar con nosotros los curas y también con toda la gente. Ha estado siempre muy cerca de ésta y aquí, en los Ángeles, cuando venia era casi un mareo acompañarle hasta  la sacristía pues se paraba con cualquiera para saludar a todos. Sin embargo, cuando llegaba la sacristía para algún acto protocolario, apenas si hacía caso a concejales y políticos.

Quería a sus curas y era totalmente accesible para ellos. Yo recuerdo que hace algún tiempo, y más de una vez, me llamó personalmente por teléfono para preguntarme sobre un problema que había en la parroquia. Uno no se sentía sólo ni desamparado como algunos otros obispos te pueden dejar. Era además de un estilo que estaba en las antípodas del anterior cardenal, cosa que incluso se ponía más en evidencia.

En Madrid Don Carlos Osoro no lo va a tener fácil: porque la organización y problemática de esa diócesis es bastante diferente. Entonces, ¿cómo no ezar por él y desearle lo mejor?

En cuanto al que viene a sucederle, parece ser que será el cardenal Cañizares. Todos ya conocemos su trayectoria y  sabemos que su estilo es bastante diferente al de don Carlos. Pero también puede acertar en el buen gobierno de la diócesis. Por tanto, a esperar su tiempo y oportunidad. Que a él le vaya también muy bien. Yo colaboraré con él como cura suyo que soy y al que debo respeto y obediencia.