sábado, 17 de enero de 2015

Hoy es San Antón


 La noche del día 17 de enero es la noche de san Antonio (o san Antón). En muchos pueblos, sobre todo, de Valencia, se encienden grandes hogueras. En Chelva todos los vecinos se echan a la calle recorriendo en la nohe todos los pintorescos barrios del pueblo –Benacacira, Arraval-. Es como una noche mágica -fuego y noche parecen siempre concitar la magia, el misterio- . Aquí en la ciudad de Valencia, y en los barrios periféricos de Morvedre y Torrefiel, en medio de un cruce de calles de denso tráfico que queda cortado durante varias horas,  se enciende una alta y gran fogata, a la que rodean todos los vecinos. Es una fiesta de índole agropecuario, que ha quedado como una reliquia de lo que eran antes aquellas contornadas de la ciudad: la huerta más cercana.

Sea como fuere, la fiesta es una auténtica gozada. Sentir el calor de la gran hoguera  rodeándote el cuerpo y tostándote la cara en la fría noche invernal de enero es una agradable experiencia. Al día siguiente, por la mañana, todos los animales de gran parte de la ciudad, del pelaje o plumaje que sea, pasan ante el cura de la Parroquia de san Antonio Abad, en la calle Sagunto, que los rocía con agua bendita. Es un gran desfile, espectacular, variopinto: por allí pasan desde el canario de la abuela, la perrita Marylin, la serpiente boa, el cerdito y  cualquier bicho que se mueve. Al final, los caballos de “tiro y arrastre”, enjaezados con sus mejores galas y sus sonrientes  campanillas terminan el cortejo. Vale la pena desplazarse hasta la calle Sagunto para ver esta cabalgata.

A San Antonio (o san Antón) se le considera el patrón de los animales (no confundirlo con San Antonio de Padua que es santo también muy popular pero qué vivió diez siglos más tarde). A este San Antonio se le llama Abad, porque fundó el estilo de vida ermitaña allá entre los siglos tercero y cuarto en la Tebaida de Egipto. (Como ahora, la ciudad no le ayudaba a encontrarse a sí mismo).También se le llama “sant Antoni del porquet”, por el cerdo que lleva a su lado.

 El origen de la presencia de este animal no está muy clara (la vida de San Antoni es muy legendaria). Parece ser que una vez una hembra jabalí madre (¿se dirá una jabalina madre?) se presentó con sus jabatos enfermos ante el santo y éste que los curó. De ahí su patronazgo protector de las animales. Aunque puede ser más auténtico que el cerdo (todavía en aquel tiempo se le consideraría animal impuro y representante de toda clase de males) fuera el símbolo del demonio pues San Antonio Abad sufrió durante su vida, según lo que cuenta fantasiosamente San Atanasio en su biografía, muchísimas tentaciones del demonio.


El arte, pintura, literatura, música y cine lo han inmortalizado: los pintores El Bosco y Velázquez tiene cuadros sobre él, y el mismo Gustav Flaubert escribió una extraña obra: “Las tentaciones de San Antonio”.

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