miércoles, 18 de febrero de 2015

Hoy es Miercoles de Ceniza


Hoy es Miércoles de Ceniza.

El altar del templo ya nos espera y nos dice: ¡convertíos! Mudar la vida. Cambiar las cosas. Desterrar las ideas estúpidas, meteros en la cabeza las cosas que siempre salen nuevas: la autenticidad, el amor, la libertad, la alegría, en fin, la vida misma.

Hoy es Miércoles de Ceniza y empieza ese tiempo que es el de la austeridad. Saber descubrir las cosas que importan, perder a sabiendas lo que nos sobra. Prescindir de tantas y tantas muletas que nos impiden andar ligeros.

No me gusta llamar Cuaresma al tiempo que hoy empieza, hoy que es miércoles de ceniza. Porque me recuerda a la oscura Edad media, el tiempo que sólo se pensaba en el dolor y en el sufrimiento, el tiempo en el que Cristo parecía no sonreír, atado y colgado en una cruz. El tiempo en que el luto era el hábito cotidiano.

Hoy es Miércoles de Ceniza, y hay que recordar que hay una luz brillante, radiante, meridiana que nos aguarda. Hacia ella caminamos, la Buena Noticia de Jesús nos abraza.

Hoy es Miércoles de Ceniza: ¡Creed el Evangelio!


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