viernes, 20 de marzo de 2015

Cumpleaños


En este espléndido templo parroquial de Santiago Apóstol en Utrera (Sevilla) fui yo bautizado en 1945.
En 1945, tal día como hoy en que huye el invierno y llega la primavera, nació un servidor. O sea, que hoy tengo ya cumplidos mis 70 “tacos”. Muchísimo tiempo. Tal vez demasiado. Por eso no tengo más remedio que agradecer a Dios todo este tiempo, más que suficiente,  que me ha dado de vida.

Me congratula pensar que he nacido en las primeras horas de la primavera y me entristece que mi infancia transcurriera en los primeros años de la posguerra. Pero todo eso ya es el prólogo de la biografía, escrita muchas veces a contracorriente. Leedla como la leo yo, en el libro de la vida escrito por la mano amorosa de Dios.

A Dios le he pedido, en mi oración matinal y que hoy ha sido especial, que me conceda tranquilidad para aceptar el pasado que no puedo  cambiar; coraje para cambiar aquellas cosas que todavía están a  tiempo de ser cambiadas, y criterio para conocer la diferencia.

Y también le he dicho a Dios, con el poeta: “¡Mi corazón espera, ahora también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera!”

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