miércoles, 18 de marzo de 2015

Los huesos de Cervantes



Esta es la última edicion del Quijote que ha sido
polemica por ser una edicion abreviada.
La recomiendo a los primerizos lectores.
¡Qué alegría lo de Cervantes! Han encontrado sus restos que siempre habían estado en el Convento de las Trinitarias de Madrid. Todos sabemos que eso no es lo importante, porque Miguel de Cervantes y Saavedra no está en esos huesos encontrados, sino en su maravillosa obra escrita.

Si este hallazgo sirve para que haya mucha más gente que descubra el gran placer y la maravilla que es la lectura de sus libros, bien hallado sea.

He visto por televisión ayer mañana las declaraciones del siempre displicente Francisco Rico, quizá hoy el mejor cervantista que tenemos. Desde la inmensa altura de su gran erudición, casi con antipatía, el autor de la más completa última edición del Quijote, ponderaba el hallazgo. No recomendaba -decía- que los niños leyeran el Quijote, a lo más, una aproximación a través de ediciones muy abreviadas, de cómics o de algún video infantil. Seguramente este libro con el tiempo se ha hecho algo difícil de leer, y a una edad temprana puede provocar indigestión lectiva y a la larga tornarse en odioso.

Como muchos españoles, yo leí el Quijote siendo un adolescente, obligado por el profesor de lengua y literatura española. Algo me costó, pero creo que no demasiado, porque no lo recuerdo puntualmente. Ahora cada vez lo releo con más frecuencia. Elijo para hacerlo algunas de las muchísimas ediciones que tengo en mi pequeña colección de Quijotes. Tengo la suerte de concederme este placer maravilloso.


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