La economía del amor y del abrazo

Como andamos en tiempo de elecciones, las tonterías que nuestros políticos suelen realizar para llamar la atención de sus posibles votantes se multiplican a doquier. Uno pasea en bicicleta, otro en mangas de camisa  se pasea por las calles como si fuera a un picnic, otro besa niños, otra va al mercado, otra se viste de chulapa de San Isidro.

De la misma manera suelen también cambiarse los discursos. Por ejemplo los de IU. Andamos acostumbrados a escucharlos siempre en plan mala uva. Por ejemplo sale en la tele Gaspar Llamazares y con cara de palo nos pone las peras al cuarto. Un importuno aguafiestas. Como ejerce de oposición, pues siempre se opone a lo que sea. Y no digamos Cayo Lara con esa cara de esfinge triste que tiene. Siempre irritado, siempre con cara de enfadado, presentando su alternativa más irreal y utópica que nunca, como la única posible. Su discurso es duro, ingrato como nacido del resentimiento.

Y así que ahora uno queda más que sorprendido cuando escucha a Luis García Montero, poeta granadino, (su libro “La piel de la serpiente” ha estado mucho tiempo en mi mesita de noche”) y que se presenta por Izquierda Unida para candidato a la presidencia de Madrid. Utiliza un lenguaje (poético) nunca oído en las huestes de IU. Casi parecen sacadas de un discurso del papa Francisco. Su lenguaje puede ser totalmente cristiano. Y por tanto, totalmente convincente.

En un acto de campaña celebrado en Alcalá de Henares, García Montero pide  "transformar las cosas" movilizando al personal para "defender un trabajo digno, defender que no se privaticen los hospitales, que no se privaticen las escuelas, para que haya una respuesta política de color rojo" en las instituciones. "Frente a la economía de la avaricia que hoy impera", apostemos por la  "economía del amor, la economía del abrazo", donde la familia ayuda a sus miembros que tienen problemas, llevando "el amor que suele haber en nuestros hogares a las plazas públicas".

 Me parece que con esa suerte de palabras e ideas no le van a dejar a hablar sus compañeros mucho más. Y como siga así también a nosotros nos va a persuadir a votar Izquierda Unida (!).