jueves, 28 de enero de 2016

Todas las mañanas del mundo son caminos que no retornan



Tarde de cine en la Universidad Católica. Como cada mes en el cine fórum que dirijo, hemos visto una película preciosa que creo que no han llegado a disfrutar los miembros del  Aula “Cátedra doctor Barcia Goyanes”  donde se da el ciclo de películas. La película era "Todas las mañanas del mundo" del director francés Alain Corneau. Su argumento cuenta las espinosas relaciones entre el señor de Saint Colombe, maestro de viola de gamba, y su discípulo Marin Marais, músico en la corte de Luis XIV.

La película es un prodigio de belleza y sensibilidad: aunque muy francesa, y por tanto muy "artística"; interpretación, fotografía muy pictórica inspairada en Le Tour, diálogos, y sobre todo la música (interpretada por Jordi Savall) son un auténtico regalo para la vista y los oídos. Una profunda reflexión sobre lo que es el arte en general y aquí la música en concreto: la lengua de los silencios, la lengua de los que no son, la lengua de los muertos.


Pero  creo que no ha llegado a su público: tal vez la precariedad de la proyección (una imagen demasiado oscura), y también la incomodidad de la sala en la que han visto el filme han provocado que el coloquio fuera muy disperso y pobre. Mal asunto: algunos decían que era muy lenta, otros que era muy triste. Una verdadera lástima, pues "Todas las mañanas del mundo"  es una película para ser verdaderamente disfrutada.

miércoles, 27 de enero de 2016

La vergüenza de la corrupción


Ayer en Melilla hubo un fuerte terremoto, hoy en Valencia también otro, aunque éste no ha sido un movimiento sísmico de la tierra, sino político y por tanto ciudadano y que desmoraliza a la buena conciencia de tantos de nosotros y  derrumba el pundonor de muchos votantes conservadores. Retraerse y abstenerse en las próximas elecciones será una reprimida salida para muchos.

Lo que está ocurriendo con el PP de Valencia no tiene nombre,  aun cuando se nos muestre en ese circo mediático que son los medios de comunicación: poco a poco están siendo desenmascarados los que han arrasado la economía de la Comunidad Valenciana, la autonomía que siempre ha respirado progreso y bienestar.

Me llena de vergüenza ajena esta corrupción en la que hemos estado viviendo, y de la que no parece no termina.  Me llena de rabia el que además de  descubiertos estos políticos corruptos no sean después  castigados. Me preocupa también los pingües beneficios que ciertos políticos de izquierda (como buitres en la carroña) van a intentar sacar del cadáver descompuesto de un partido político que ha engañado y decepcionado a tantos electores. No se alegrarán porque ha sido descubiertas sus fechorías, sino porque sus oponentes políticos a quienes quieren arrebatar el poder, han caído.

¿A quién van a votar ahora los de la derecha?


martes, 26 de enero de 2016

Ir al cine



La otra tarde de domingo estuve en el cine con un viejo y querido amigo. Si bien mi cita con el séptimo arte es casi siempre semanal este amigo mío decía que hacía más de 15 años que no había ido al cine. Claro que las películas  son de otro modo visionadas por  todo el mundo y casi diariamente, cuando a través de otros cauces: emisiones de televisión, reproducción por DVD, a través de Internet, Pero ver una película en tu casa no es ver un filme en una sala de exhibición, incluso en estos nuevos cine de multisalas con penetrantes olor a grasa de palomitas que han desplazado a aquellos cines de nuestra infancia, algo cutres e incómodos pero familiares, entrañables y llenos hoy de nostalgia. Ir a ellos, a ver un programa doble tenía un ritual, breve y sencillo que lógicamente difiere totalmente de la ceremonia de sentarse en el sofá y plantarse delante del televisor.

Salir de casa hasta el lugar donde está la sala de exhibición que a veces puede estar lejana, ponerse en la cola para sacar el billete de entrada, donde puedes encontrar a otros viejos amigos amantes del cine y con ellos intercambiar opiniones y comentarios sobre las últimas películas vistas o las expectativas que genera la película a ver, buscar el asiento una vez dentro de la sala donde vas a sentarte, elegir tu fila favorita, esperando que la butaca sea cómoda y alta para que no te tape la pantalla el espectador que está delante, y por último, encontrarse con una multitud de personas como tú que expectantes del momento mágico en que se apaguen las luces para comenzar la aventura personal que vas vivir con el seguimiento de la historia que narra la película.

En el cine uno puede encontrar la distracción de los problemas diarios que la vida nos trae, también una gran información sobre situaciones sobre las que  podemos tener curiosidad y que las imágenes cinematográficas pueden saciar. Pero también el cine puede alimentar nuestra fantasía y nuestra imaginación y nuestra ansia de trascendencia. Éste puede entonces, al intentar alimentar mi capacidad de raciocinio, complicar y alterar nuestro estado de conciencia y abrir al compromiso que como ciudadanos hemos de adoptar en nuestra sociedad. Incluso si una película consigue sólo divertirme, me ayuda enormemente a vivir un tiempo relajado.


La película que vimos mi amigo, al que deseo que rompa el maleficio de su lejanía del cine y yo en la tarde mi amigo fue “Steve Jobs” dirigida por Danny Boyle, sobre el personaje del genio de la informática de Apple.  Con su exultante éxito y  triunfal y meteórica  carrera y también con las sombras de su vida familiar provocada por su  ego inmenso y la equivocada opción de no permitir que lo “humano” y las circunstancias familiares interfiera en sus proyectos de trabajo. Sentirá la amargura de la soledad que rodea al genio y del creador. Película irregular aunque brillantemente realizada y con abundancia de diálogos que en algunos momentos son pura verborrea. Salvando las distancias, a  mí me recordó a la película de Orson Welles, “Ciudadano Kane”. Incluso aquí se acude a traumas infantiles para explicar el desdichado rumbo que sigue la vida del protagonista ya adulto.

jueves, 7 de enero de 2016

Un año despues de Charlie Hebdo y su tragedia



¡Hoy hace un año que ocurrieron los atentados terroristas contra la revista Charlie Hebdo. Qué pena de vidas absolutamente rotas, que espanto el corazón lleno de odio de los asesinos! ¡Han ocurrido después muchísimas más cosas tan terribles...!

En el aniversario del terrible suceso, la revista Charlie Hebdo publica provocativamente de nuevo una caricatura de un dios ensangrentado, con una metralleta a la espalda. Enseguida se puede identificar, pese a ser un dibujo cómico, al modo cómo el cristianismo lo ha representado muchas veces: un dios abuelito, de barbas y pelo blanco y  rizado y con el triangulito y el ojo que todo lo ve como aureola, ¡Es el dios de los cristianos! Nada recuerda a Alá o a Mahoma su profeta, o, a los dioses de otras religiones. Imaginamos el motivo. El Vaticano ha comentado que es una caricatura penosa.

Ris, su autor, y que es el director actual de la revista satírica (que por cierto está en crisis: podrida de millones, se muere de éxito) afirma que con este dibujo sigue denunciando a las religiones que son causa de los fundamentalismos que provocan el terror. (Parece ser que el cristianismo occidental es terrorífico.) Otra vez, tomar el todo por una parte, quiere destruir todo el cuerpo entero en vez de curar al miembro enfermo de este.

Pero hay también otro modo de no sentirse provocado: a fin de cuentas Dios es invisible, "a Dios nadie lo ha visto" dice San Juan y la imagen de Dios de barbas blancas y triangulito divino por aureola es incluso, tomándola en serio, otra tonta caricatura. Esa no es la imagen que nos transmitió Jesús de Nazareth.
De todas las maneras, es lamentable pensar que ciertos discursos y reflexiones críticos sobre Dios y la religión, tengan que  herir  o molestar  más o menos profundamente la sensibilidad de los creyentes.

miércoles, 6 de enero de 2016

Taizé: carta de agradecimiento



Después del encuentro de Taizé, que a nivel multitudinario tan bien funcionó y que, en concreto, en nuestra parroquia se desarrolló maravillosamente, con el riesgo de olvidarme de más de uno a quien anticipadamente ya pido perdón, escribo, agradecido, aquí sus nombres sin orden ni concierto:

A “Mariquiya”, de Málaga y Johanna de Alemania, a Óscar, el delegado de juventud, dedicado en cuerpo y alma estos últimos meses para preparar este encuentro.

A María Luisa, ya en nuestra parroquia,  cabeza coordinadora y mano abierta y generosa en toda la “movida” y a su hermano Pedro.

A Nuria, Toni, Mimec,  y a Matías (y a Ester, su madre), a Jaime y Vicente, nuestros flamantes recién confirmados.

A las familias y (personas solas), a las Teresianas que acogieron en sus casas, y con todo su amor, a los jóvenes peregrinos.

A los miembros de coro de jóvenes que colaboraron en todo lo que pudieron.

A Vasil, sacerdote ucraniano y al polaco Dominik, a Alfredo, eficaces feligreses en nuestra parroquia,  que dieron las charlas e hicieron de traductores.

Y a muchos más, de cuyo nombre no me acuerdo… ¡Perdonad la injusticia de mi olvido!

Gracias, muchas gracias porque le "habéis ayudado" al buen Dios a estar más cerca de todos y porque habéis convertido la parroquia de San Antonio de Padua en lugar de acogida (y de misericordia) para todos.

martes, 5 de enero de 2016

Escuchando a la Joven Orquesta de la Generalitat Valenciana


Tarde del lunes, tarde de concierto. En la sala de auditorio del “Palau dels Arts” he asistido al concierto que la "Jove Orquestra de la Generalitat Valenciana ha" ofrecido. Magnífico programa, interpretado por unos músicos (algunos muy jóvenes) que con su vigor, brío e ímpetu, han llenado de fuerza y ritmo musical la sala de audición.

¿Quién podría pensar hace veinticinco, que aquí en Valencia contaríamos con una agrupación musical compuesta por los jóvenes músicos de nuestra comunidad, ofreciendo una música clásica que suena trepidantemente rejuvenecida? A Manuel Galduf, su director, se le debe muchísimo. Lástima que la actual situación de la escasez de subvenciones para la cultura, también se cebe en ella.


En la segunda parte del concierto, se han interpretado la Séptima Sinfonía de Beethoven. ¡Qué bien ha sonado! Maravillosamente ejecutada, con el entusiasmo y el  de unos músicos jóvenes ilusionados que parecía como si la fueran a estrenar por primera vez.

Me ha gustado tanto, que me ha sabido a poco. Como siempre, la música a mí me hace mejor. Tengo que ir a más conciertos en directo.


domingo, 3 de enero de 2016

Estos días de Taizé: una primera reflexión


En muchas parroquias, estas Navidades han sido un poco diferentes. La Peregrinación de Confianza del movimiento juvenil cristiano de Taizé , ha dejado en un segundo plano algunas de las costumbres y tradiciones (hermosas y entrañables, pero muy rutinarias) de la Navidad en las parroquias. Pienso que ha sido para bien, puesto que nos hemos centrado mucho más  en el encuentro personal con Jesús de Nazaret, El Cristo, a través de la oración y la convivencia entre jóvenes y no tan jóvenes, como son los miembros de las familias que los han acogido.

La organización (por lo menos en la parroquia que yo sirvo) ha sido prácticamente perfecta. La general, también e impresionante: la saludable alegría de los jóvenes por las calles, las dos inmensas carpas, los templosque fueron lugar de oración común, llenos hasta la bandera,  en medio de ellos los cantos de Taizé que son en sí mismos ya oración más intensificada en el silencio (atronador) de tantos corazones jóvenes en relación confiada y amorosa con Dios, nuestro Padre común.  ¡Parece como si el mensaje de Jesús estuviera todavía esperando a ser estrenado!

Estos días hemos vivido, pues, la experiencia de Taizé.Todos coinciden en el gozo y la alegría de descubrir que hay otro modo de vivir la fe en Jesucristo con profundidad, lejos de las gazmoñerías de otros movimientos cristianos. Sin rupturas pero también sin rollos ni ritos obsoletos o inescrutables, sin personalistas mediaciones y libres de instituciones fosilizadas. ¿No es eso lo que están pidiendo los jóvenes? Nuestra Iglesia de Valencia debe tomar nota: yo, personalmente, las he tomado.