martes, 7 de marzo de 2017

La bicicleta de Joan Ribó.

La primera vez que Joan Ribó se llegó al Ayuntamiento de Valencia para  trabajar como alcalde, lo hizo en bicicleta. Era un anticipo de lo que proyectaba: una ciudad transitable y por tanto más habitable. Así, pues, anda transformando las calles de nuestra ciudad de Valencia y aunque para muchos ahora  parezca un estropicio y una molesta monserga,  creo que a la larga va ser un gran avance de bienestar para todos los ciudadanos. Bajo la dirección de su discutido concejal de urbanismo se están emprendiendo en la ciudad a nivel de sus calles y del tráfico unas obras que transformarán a mejor esta ciudad tan bella, dotada de grandes avenidas y jardines, grandes y pequeños, pero siempre hermosos.

Lo novedoso es la red que se está creando de carril-bici, algo que es recomendable en una ciudad de calles llanas y que además está ya totalmente saturada de vehículos de cuatro ruedas. Las calles de todos losbarrios están repletas de coches aparcados, y en algunas zonas de mucho tráfico el aire muchas veces convierte insanamente en irrespirable.

Hay que recuperar nuestra ciudad para que sea habitable, cómoda y hermosa. Pero para ello, hay que colaborar. Seguramente para muchos la bicicleta no sea ya nuestro vehículo de transporte pero hay que pensar en las generaciones más jóvenes: qué bonito que se consiguiese eliminar el transporte privado en coche y todos utilizáramos otro transportes alternativos: autobús, metro, taxis…

También hay que cuidar la parte fundamental de las calles por las que deambulan los peatones (aceras, calles peatonales…). Que sean más amplias, con firme más seguro (ay, esos enlosadsoresbaladizos!), con un mobiliario urbano sobrio pero elegante. A la vez también, con una verdadera educación ciudadana por parte de los urbanitas: fuera meadas y defecaciónes de perros, papeleras que sirvan para depositar nuestros restos de papeles, etc. ¿Por qué no una campaña publicitaria de educación ciudadana?

Estas novedades al principio pueden originar muchas molestias porque nos rompen los antiguos malos hábitos y costumbres que tenemos. Por ahí anda el origen de tantas protestas y críticas que se hacen al ayuntamiento. Pienso que una vez nos acostumbremos, nuestra ciudad, ya preciosa de por sí, será una urbe transitable, agradable y con atmósfera verdaderamente ciudadana y limpia.


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