viernes, 3 de marzo de 2017

Les revenants








Estoy esta semana viendo "Les revenants" (Los que regresan”) con guión de Emmanuel Carrère, una serie de televisión de gran éxito en Francia y que es clasificada por los expertos de la televisión, como una de las últimas mejores series de la historia de ésta. La segunda temporada se emitió el año pasado. Yo estoy viendo dos capítulos en cada sesión porque si no, me pierdo en su argumento y eso que éste es muy sencillo: en un pueblo alpino los muertos regresan a la vida, intentando incorporarse a la normalidad que la muerte quebró. ¿Cómo reaccionan sus familiares y amigos?
 
Los muertos o la incapacidad de adaptación a esta vida de bienestar que hoy parece que los humanos tenemos. En algunos momentos los vivos parecen más muertos que éstos. Esta sería una primera reflexión que me surge, viendo esta serie francesa.

Lo mejor de la serie es que no intenta nunca aclararnos el porqué los muertos vuelven a la vida. Aparecen como personas normales; son zombis guapos y presentables, no se muestran  con maquillajes sanguinolentos ni putrefactos, ni comen casquería ni pegan sustos. A veces  se acude al tema de la resurrección de Cristo, pero siempre aparece la gran aporía: la resurrección de Jesús no fue física, “no pasó” (es decir, históricamente) sino “fue”. No habría aquí que referirse a la resurrección de Jesús sino a la de Lázaro. En el fondo, si lo del Cristo resucitado es un tema de fe religiosa, lo que ocurre también en esta serie es cuestión de “fe imaginativa” del espectador.


Hay en la serie algo terrible: que si estos “revenants” -muertos que vuelven a la vida- son desdichados, también los que están vivos parecen aún más desgraciados: una muestra más de la tremenda sensación de malestar de esta nuestra autosatisfecha civilización.

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