jueves, 27 de abril de 2017

Lluis Llach: la frustración de un viaje


Hasta ahora creí que Lluis Llach me había, con su música, acompañado y guiado hasta  Itaca, pero parece que el sueño de llegar hasta esa Isla, objetivo de la ilusión  y la esperanza se ha tornado en pesadilla. Itaca ya no es donde viven tus anhelos e ilusiones sino un espacio donde las fronteras, las vallas de espinos y los muros marcan el territorio. ¡Es una isla cerrada a cal y canto! ¡Ahora resulta que era una trampa! Allí solo pueden reír y soñar los que tienen pensamiento único, los que combaten la solidaridad con la independencia.

Itaca  se ha tornado en un país de la intolerancia, la desigualdad y la diferencia. Quedara aislada y sus muros defensivos se derribarán hacia dentro, hacia sus propios habitantes.
Lluis Llach, nuestro adalid en la lucha contra Franco y su dictadura nos ha dejado solos, nos ha dejado huérfanos. No podemos cantar su “Viatge a Itaca” traicionado porque lo que su  canta lo ha frustrado con su postura intolerante, con sus amenazas.

Si, amigos de siempre: sé que la canción "Viatge a Itaca" en vuestra adolescencia os impactó e influyó en el modo de contemplar la vida. Reconozco mi contribución a ello.
Pero tenemos ahora a Lluis Llach, hundido en el abismo del nacionalismo más fanático, que parece haber olvidado aquellos hermosos valores de libertad, tolerancia y esperanza.

La ha convertido en una isla de alambradas y murallas ( qué "estaca" la derribará?) donde la disidencia es represaliada y la amenaza impera ( lo que precisamente hacía la dictadura de Franco).
¿Qué hacer? Seguiremos soñando con el viaje a Itaca, tal vez sin la música de su canción pero sí leyendo el texto original del poeta griego Kavafis.
!Seguirá abriéndonos el corazón a la ilusión y a la esperanza!

Cuando emprendas tu viaje a Itaca 
pide que el camino sea largo, 
lleno de aventuras, lleno de experiencias. 
Pide que el camino sea largo. 
Que muchas sean las mañanas de verano 
en que llegues -¡con qué placer y alegría!- 
a puertos nunca vistos antes. 
Ten siempre a Itaca en tu mente. 
Llegar allí es tu destino. 
Mas no apresures nunca el viaje. 
Mejor que dure muchos años 
y atracar, viejo ya, en la isla, 
enriquecido de cuanto ganaste en el camino 
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje. 
Sin ella no habrías emprendido el camino. 
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado. 
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, 
entenderás ya qué significan las Itacas.
         C. P. Cavafis. Antología poética. 
          Alianza Editorial, Madrid 1999.



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