Hoy hace 46 años
Así es. A esta misma hora, en una tarde muy calurosa de aire
de poniente que hacía de la calle un horno, en la catedral de Valencia, un servidor
recibía, con temor y temblor, el sacramento del Orden Sacerdotal. Junto con veinte
y tantos compañeros más, la Iglesia (id est: la comunidad de los creyentes en Jesús
el Señor) me hizo cura y yo, con toda la
ilusión del mundo, me ligué con mis compromisos a ella. El Arzobispo que me
ordenó era Don José María García Lahiguera.
Aquel ocho de julio comenzaba mi camino de la vida de
sacerdote. Tenía veintiséis años: con errores y fallos, con aciertos y logros y, como siempre, sin la
falta de la ayuda del Señor. Aquel ocho de julio de 1971 es lógicamente
inolvidable para mí.
A mis amigos les pido, como siempre, que me ayuden con su
amistad y su oración.
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