martes, 26 de septiembre de 2017

UNA PELÍCULA QUE IMPACTA: DETROIT

Detroit (EEUU, 2017) de  Kathryn Bigelow.

Katryn Bigelow es la primera mujer en toda la historia del cine y de los premios de la Academia del cine norteamericano que ganó un óscar por la mejor película en el año 2008. ERa aquella cinta que realizó –“La noche más oscura”- donde narraba toda la estrategia que la CIA y el ejército norteamericano desplegaron para capturar y dar muerte a la terrible y pesadilla de Occidente, qu fue Bin Laden. Dos años después realizó otra, también situada en la guerra contra los integristas  musulmanes, donde contaba los inquietantes y peligrosos trabajos de los desactivadores de minas (“En tierra hostil”) Siempre se puede observar en su anterior filmografía esa especie de  predilección que esta directora parece tener hacía los temas de documental de historia reciente y actual, narrados sin ocultar ni evitar la extrema violencia. Ésta nunca aparece como algo gratuito y morboso, sino como revulsivo y necesario.



Detroit,  la última película Kathrin Bigelow,  sigue su habitual línea de cine comprometido e histórico contemporáneo, añadiendo aún mayor calidad artística y contundencia de denuncia que en las anteriores. Aunque aún es pronto para decirlo, quizá se pueda convertir en  la mejor de las películas vistas en este año de 2017. Durante la madrugada del 25 al 26 de julio en el interior de un motel, tres jóvenes negros fueron torturados y asesinados por miembros del departamento de la policía de Detroit. Otros nueve  fueron golpeados, también de color junto con dos mujeres blancas. En el bárbaro acto también fueron testigos miembros de la policía estatal y de la guardia nacional del ejército. Hubo también un testigo, un guardia de seguridad,  que fue el único hombre bueno, que intentó poner orden en aquel caos y orgía de sangre. El hecho tuvo una gran repercusión social y política en los estados unidos por cuando expresaban una situación insostenible de aliento al racismo y a la xenofobia que gran parte del gobierno y la sociedad biempensante de los Estados Unidos mantenía. Esta película estrenada ahora en el dos de y xvii es más que oportuna, porque los sucesos recientes en Norteamérica, tozudamente parecen repetirse con los mismo síntomas.

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