lunes, 11 de diciembre de 2017

LO DE SIJENA TIENE TELA



Como no soy un hombre de convicciones firmes y  posicionamientos marmóreos, a mí, lo del caso de las obras de arte de Sijena que la Generalitat de Catalunya ha de devolver a Aragón me deja muy perplejo. Me disgusta enormemente que la resolución del caso, después de muchos años de pleitos, litigios, resoluciones y otros rollos, se haga precisamente ahora en que la situación con Cataluña es tan delicada. ¿A quién pertenecen las obras de arte?, ¿el patrimonio artístico debe quedarse siempre en los lugares de su creación?, ¿quiénes son sus dueños?, ¿quienes tienen que disfrutarlos?, ¿hay que respetar la tradición y la historia que las obras de arte tienen?, ¿pierden las obras de arte su fuerza expresiva cuando se les cambia de su contexto espacial y geográfico?.

Un amigo me envía un WhatsApp con unos documentos oficiales que afirman que la Generalitat compró los bienes artísticos al Monasterio de Sijena, a unas monjas arruinadas que se iban del convento. ¿Cuál es el derecho a su posesión, si pensamos que los bienes artísticos históricos deben pertenecer a todo el pueblo? ¿De quién es la propiedad final? ¿Cuál es la titularidad de su propietario?.


Pienso también que hace unos años se exigió al Estado Español los llamados"Papeles de Salamanca" que fueron devueltos tras mucho batallar a Cataluña. Aunque los dos casos son diferentes: en uno hubo una venta en otro una incautación, al final uno no ve clara la solución.

Mi imaginación vuela hasta Londres donde la belleza de la reina Nefertiti es admirada en el  "British Museum, pienso en París, en el Louvre, que expone el cuerpo armonioso de la Venus de Milo.  ... El estado griego y el egipcio reclaman sus obras de  arte expoliadas.

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