viernes, 9 de septiembre de 2011

Crónica de un rescate

San Roque, rescatado.
Sanctus Rochus: ora pro nobis
Después de haber sido secuestrado, al cabo de un mes hemos rescatado la imagen de san Roque que nos habían robado del templo de nuestra parroquia. El robo (la policía lo considera un hurto) había ocurrido en la tarde del día 10 de agosto.
Ayer mismo, “un chivatazo” nos puso de de sobre aviso que habían reconocido por sus características, en la tienda de un anticuario de la ciudad, la que podría ser nuestra imagen. Así que por la tarde nos presentamos en la comisaría, Enrique, el sacristán y yo, para comunicar las sospechas. Les mostramos el documento de la denuncia que habíamos presentado en su tiempo y ellos nos redactaron y además unas fotos que habíamos logrado de la susodicha imagen.

Nos atendieron amablemente y después hacer varias gestiones de  comprobación nos dijeron que ahora mismo íbamos a confirmar nuestras sospechas. Así que nos subimos en el coche con dos policías “secretos”-eran dos jóvenes bastante cachas, vestidos de paisano- y nos presentaron este plan:  “-Ustedes entran en la tienda de antigüedades como si fueran a comprar algo o a curiosear y buscan la imagen. Si la encuentran pregunten por su precio o cualquier otra cosa. Luego nosotros entramos”.

Y así fue: como en las películas (aunque el objeto de interés no era un cuadro de Tiziano robado o una de las diademas de la reina de Inglaterra), entramos en la tienda y con menos de disimulo y más de nervios nos llegamos hasta donde estaba la imagen del buen San Roque, que estaba al fondo de la enorme tienda, humildemente en el suelo, con otros santos de menor tamaño.

Allí pues, estaba San Roque, al que  reconocimos como el nuestro. Yo pregunté por el precio y el anticuario me contestó: ” – Vale 650 euros”. En esto entran con decidido paso los dos policías, enseñan la placa y se presentan: -“ ¡Policía!”. Ellos nos preguntaron si identificábamos la imagen y seguidamente hicieron acta de su incautación. El comerciante de antigüedades contó que se había imaginado que era un producto del robo, y la tenía en depósito  (¿). Al cabo de un mes les pagaría a los cuatro personas que se la trajeron (que eran de raza gitana) 150 euros (¡). Después de redactar acta y hacer firmar al anticuario nos llevamos la imagen hasta la comisaria, allí firme la entrega de san Roque, que estuvo esperándonos en la mesa del despacho central de la comisaria ante la mirada atónita de los jóvenes poicáis que no sabían de qué iba la cosa y… nos lo llevamos a la Iglesia. A la entrada, la gente se arremolinó admirada por el sorpresivo y pronto rescate del Santo.

Tres cosas: 1. Contentos porque yo ya daba por perdida para siempre la imagen.2. Sorprendidos porque hemos tenido mucha suerte. 3. Satisfechos porque la policía funciona, por lo menos en estas cosas, muy bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario