jueves, 12 de julio de 2012

Cañi y ZP: sin pena ni gloria

Ni el uno me gusta, ni el otro me va. El augusto cardenal Antonio Cañizares (Cañi) representa un montón de cosas de mi Iglesia católica con las que no estoy de acurdo. Lo conozco muy de cerca, puesto que hacíamos las traducciones de lengua griega juntos, sentados uno junto al otro, en las aulas del Seminario. Después, no lo he visto ver… Siendo como es un cardenal bastante moderado, le gustan las oropandas vaticanas y dicen –no sé si es verdad- que anda rondando la sede de Madrid, porque en Roma en su dicasterio de liturgia se aburre mucho… (¡Siempre lo hará mejor que Rouco!) Sobre ZP (Zapatero) casi diré algo parecido. Para mí empezó siendo una esperanza de un cambio interesante en nuestro país. Pero mentiras y fantasías, junto a lamentabilísimos errores ajaron la flor de la esperanza. Al final, para mí era como un zombi enredado en loas zarzales de sus embustes. Ahora se ha encontrado en una conversación pública, organizado por la Universidad Católica de Ávila y el periódico derechosos “La Razón”, imitando a muchísimas leguas de distancia, los diálogos al estilo de Ratzinger y Habermans o las del cardenal Martini con Umberto Eco. No hay color para contrastar. He leído la trascripción de ese dialogo que tuvo lugar en Ávila. Humanismo y fe, creencia y agnosticismo. Tradición y modernidad. Un diálogo en que la parte mas brillante la llevó a cabo el purpurado, mientras que el político estuvo, una vez más, por las nubes. ¿Ha habido vida inteligente en la su cabecita? Bien está por el ejemplo de diálogo y tolerancia con que se llevó a cabo aunque algúnn sector del público le tenía ganas a Zapatero. Cañizares atajó los silbidos y abucheos. La prensa apenas se ha hecho eco. Todo lo demás es silencio.

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